¿QUÉ
ES UN BUEN ARGUMENTO? B.LOS REQUISITOS |
Índice: | Se atiene a la cuestión. | |
Ofrece razones sólidas: |
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Rechaza los desafíos razonables. | ||
Resumen. | ||
La preparación de un argumento. |
Un buen argumento es el que: se atiene a la cuestión ofrece razones sólidas. está protegido ante refutaciones Si cumple estas
condiciones es bueno y su conclusión debe ser aceptada. Si no las cumple,
probablemente es falaz. * * * 1. ¿se atiene a la cuestión que se debate?
Argumentamos en el seno de una cuestión,
a favor o en contra de una de sus alternativas Por ejemplo: el Jueves habrá eclipse de luna/el jueves no habrá eclipse
de luna. Sé lo que defiendo: El Jueves habrá eclipse de Luna; y sé lo que habrá que defender para negarme
la razón: el jueves no habrá eclipse de luna. Mi conclusión no puede ir
por otros derroteros. Si la cuestión no estuviera clara será preciso
concretarla antes de exponer los argumentos: No se discute si Carlos es
prudente o temerario sino si es el responsable del accidente o no lo es. Yo
sostengo que no lo es. Cuando alguien pretende
argumentar fuera de la cuestión decimos que incurre en la falacia de eludir la cuestión. Para recordar los
criterios argumentales que exige cada cuestión véase el diagrama para el análisis de un debate. 2. ¿ofrece razones sólidas?
Llamamos sólidas a las razones que sostienen la conclusión de una manera
convincente. Para lograrlo,
han de ser relevantes, suficientes y aceptables. a. ¿Son
premisas relevantes para lo que se afirma o no tienen nada que ver con
ello? Serán relevantes si conducen a la conclusión, si prestan apoyo a la
conclusión. No se debe condenar a este
asesino convicto y confeso porque su anciana madre no podría soportar tamaño
disgusto. Para evitar la condena
del asesino pudiera ser relevante alegar que no es responsable de sus actos porque
está loco. Por el contrario, apelar al dolor de su anciana madre,
a que un día saldrá de la cárcel y tomará venganza, a que nos ha
hecho un favor porque la víctima era un asesino peligrosísimo... son
ejemplos típicos del sofisma patético que es
una de las argucias más frecuentes para eludir la cuestión. Otros ejemplos de
premisas irrelevantes son las falacias del ataque
personal. (Por ejemplo: No reconozco a este tribunal fascista);
de la pista falsa (los problemas de la
juventud marginal no se resuelven a golpe de sentencias); la falacia populista (todos los vecinos de su barrio
piensan que el acusado es inocente); la falacia genética
(no es posible que el hijo de una santa sea un asesino); y todas las
falacias del non sequitur en general,
es decir, todas aquellas en que la conclusión no se sigue de las premisas: Todos los mahometanos son
infieles Los budistas son infieles Luego los budistas son
mahometanos. b. ¿Son premisas que aporten base suficiente para sostener la conclusión? Esto es muy importante
en las generalizaciones, en los argumentos causales y en las pruebas de
indicios que no admiten conclusiones válidas con pocos casos o a partir de
anécdotas personales. Cuando los datos no
ofrecen apoyo suficiente a la conclusión surgen falacias como la afirmación gratuita, la generalización
precipitada o la falsa causa. En otros casos, por
ejemplo en los argumentos morales y en las deliberaciones, es más difícil
señalar cuándo un argumento reúne suficiente base para sostener la conclusión
porque ninguno lo consigue. No existen premisas que prueben concluyentemente si
el aborto es bueno o es malo o si debo estudiar medicina o famacia. En estos casos
lo que se procura es acumular muchos argumentos que, por distintos
caminos (por distintas razones), abunden en la misma conclusión. c. ¿Son premisas aceptables
o, si es necesario, tengo un respaldo que las sostenga? Este problema no se
plantea cuando nuestros datos son objetivos o indiscutibles, pero esto no es lo
frecuente. En la mayor parte de las ocasiones no debatimos con las evidencias
en la mano. Ni siquiera es frecuente que aportemos premisas de las que se pueda
decir que son verdaderas o falsas. La mayor parte de nuestros debates no se
ocupa de la verdad sino de lo justo, lo
conveniente, lo preferible, lo probable... Por eso, ya que no suelen ser
ciertas, es muy importante que nuestras premisas sean aceptables. Es aceptable o
admisible, cualquier premisa que: ·
ofrezca datos
objetivos. ·
exprese un
conocimiento común o personal, un testimonio incontrovertido, el informe
incontrovertido de un experto. ·
recoja la conclusión
de un argumento ya aceptado. ·
pueda probarse,
porque cuenta con un respaldo sólido. Por el contrario, son
inaceptables las siguientes premisas: ·
un juicio que esté
en contradicción con la evidencia, con otro juicio bien fundado, con una fuente
creíble, con nuestro propio conocimiento, o con otras premisas del mismo
argumento, ·
un juicio dudoso que
no lleve respaldo, ·
un juicio confuso,
ambiguo o ininteligible. ·
un juicio idéntico a
la conclusión o basado en un supuesto cuestionable. ·
un juicio que olvide
alternativas Con estas premisas
inaceptables surgen las falacias de: ambigüedad,
petición de principio, composición,
división, continuum,
olvido de alternativas, wishful thinking, etc. 3.
¿Son premisas que suministren un rechazo efectivo a los desafíos
razonables al argumento? Si el argumento se atiene a la cuestión, sus premisas son relevantes, ofrecen apoyo suficiente y son aceptables, el argumento está sólidamente preparado para resistir cualquier crítica. Pese a ello nos pueden atacar por no matizar la conclusión o no señalar las posibles salvedades. Debemos, pues, incluir estos aspectos:
De este modo se le
obliga al adversario a limitarse a la defensa de su propia posición (si puede).
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La preparación de un argumento.
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