USO DE RAZÓN.  DICCIONARIO DE FALACIAS. © Ricardo García Damborenea

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Falacia de la CONCLUSIÓN DESMESURADA

 

 

 

Error inductivo que se comete cuando, a partir de datos ciertos, llevamos la conclusión más lejos de lo que aquéllos permiten. Es una forma de Falacia por Olvido de alternativas.

 

    Con frecuencia, siendo ciertos los ejemplos, nos em­peñamos en ob­tener de ellos lo que no dicen. Es conocida la anécdota del sabio que a la voz de ¡salta!, lograba que cada una de las pulgas de su colección se introdujera en un frasco. Arrancó a una pulga las patas traseras y al ordenar ¡salta!, la pulga no saltó, y lo mismo ocurrió tras arrancar las patas a todas las demás. El sabio, entusiasmado, anotó en su cuaderno: Cuando se le quitan las patas traseras a una pulga deja de oír.[1]

 

             Los Estados Unidos no deben implicarse en países donde hablan fran­cés. ¡Mira lo que ocurrió en Vietnam y en el Líbano y en Haití!

             Hay pocas señoras entre los Diputados. Parece que a las mujeres no les atrae la política.

 

   Si cinco ayuntamien­tos catalanes pi­den la indepen­den­cia y novecientos no dicen nada, no puede concluirse que novecientos ayuntamientos no la desean: ¡Los ayuntamientos catalanes rechazan la independencia! Tal vez no la desean, pero lo único que consta es que no la han solicitado. Caben otras explicaciones alternativas: no quieren manifestarse, no pueden (por falta de mayoría independentista), no se han parado a pensarlo...

 

             Los restaurantes que están siempre llenos dan muy bien de comer.

 

   Las razones por las que un comedor esté habitualmente lleno pueden ser diversas: sus precios son atractivos, es limpio y rápido, ocupa un emplazamiento idóneo, está de moda, lo regenta Julio Iglesias... y todo lo que se quiera y no tenga nada que ver con la comida que sirven.

 

             El índice de participación en las elecciones municipales ha sido del 24%. Se ve que la gente está harta de los políticos y elige darles la espalda.

 

   Tal vez, pero no necesariamente. Los electores reducen su participación cuando hay un ganador indiscutible. Lo mismo ocurre cuando no les inquieta el resultado por estimar que la administración del municipio está asegurada con cualquier candidato.

 

   Concluyen desmesuradamente los partidos políticos cuando interpretan encuestas sobre el voto de los ciudadanos. Tienen éstas la virtud de lisonjear las esperanzas de todos los afectados. Ocurre lo mismo con los resultados electorales: nadie confiesa haber perdido las elecciones.

 

   Véase también la Falacia de la Composición.

 

   Otras falacias que acompañan a las generalizaciones son: Generalización precipitada, Falacia Casuística, Falacia del Embudo, Falacia del Secundum quid.

 

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CUADRO SINÓPTICO DE LAS DISTINTAS FALACIAS QUE ACOMPAÑAN A LAS GENERALIZACIONES

 

             Si generalizamos desde casos insuficientes o excepcionales, cometemos una falacia de Generalización precipitada.

 

             Si nuestra generalización va más lejos de lo que autorizan los datos, incurrimos en una falacia de Conclusión desmesurada.

 

             Si negamos que las reglas generales tengan excepciones o si aplicamos una regla general a una excepción, cometemos una falacia de Secundum quid.

 

             Si rechazamos una regla general porque existen excepciones, caemos en una falacia Casuistica.

 

             Si rechazamos la aplicación de una regla apelando a excep­ciones infun­dadas, incur­rimos en una Falacia del embudo.

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[1]  Paulos. Pienso, luego río.